El reciente gobierno ecuatoriano ha planteado la meta de duplicar la producción petrolera, es decir, llegar al millón de barriles al día. Este incremento vendría principalmente desde la empresa estatal, Petroecuador, la cual aporta aproximadamente el 80 por ciento del crudo extraído.
Se trata de una meta ambiciosa si se toma en cuenta el volumen de producción de los últimos años y el balance de las reservas probadas en el país, la cuales, de acuerdo con el último informe publicado en 2019, llegaron a 1.303 millones de barriles y las probables a 276 millones.
A esto se suma que el país no cuenta con los recursos suficientes para retomar o iniciar contratos de exploración para aumentar sus reservas, como se esperaría suceda con la expansión de la frontera petrolera a otras zonas como la Amazonía, con más exploración y perforación de pozos.
En ese contexto, lo más viable a corto plazo sería la negociación de contratos privados para diversificar el portafolio y destinar inversión para incrementar las reservas y la rentabilidad de los campos maduros que ya están en producción o en su etapa de declive.
En el segundo caso, cabe saber que más de la mitad del petróleo remanente se queda atrapado por fuerzas capilares, después de las etapas de producción primaria y secundaria.
Frente a la problemática señalada, la industria hidrocarburífera ha desarrollado diversas tecnologías de recuperación mejorada de petróleo conocidas como EOR, las cuales se aplican durante el ciclo de vida posterior de un yacimiento para aprovechar la improductividad de los pozos y aumentar las reservas. Esto se realiza mediante la inyección de substancias específicas (gas, químicos o vapor).
En el Ecuador las tecnologías EOR son recientes y limitadas en algunos campos de la cuenca amazónica. En 2015, la entonces empresa Petroamazonas demostró que las tecnologías EOR con inyección de agua aplicadas a cinco yacimientos lograron una tasa de recuperación de los reservorios del 24 por ciento, cerca del rango mundial del 27 por ciento.
Algo que es positivo si se estima que otros métodos como el de la inyección de vapor pudieran llegar al 70 por ciento, según los resultados de los estudios de Petroecuador.
Las tecnologías EOR con el método de inyección de vapor han tenido un rol importante en la recuperación terciaria de crudos altamente viscosos y de bajo API (como acontece en Ecuador), pudiendo llegar a obtener un recobro de 50 a 60 por ciento.
Nakasawa Resources, una compañía líder de tecnología upstream para el desarrollo de la producción global de petróleo y gas, ha entendido la necesidad de ofrecer técnicas de mejora recuperada de petróleo.
Uno de los métodos que mayor efectividad ha demostrado es la recuperación térmica por medio de la inyección de vapor, cuyo objetivo es aumentar la temperatura del petróleo y disminuir su viscosidad para así dirigir su flujo hacia un pozo productor.
La compañía ha lanzado al mercado de Ecuador sus dos más recientes innovaciones tecnológicas, los sistemas, Super Matroid Heater™ (SMH) y Super Matroid Cyclone™ (SMC). Ambas soluciones tienen como propósito optimizar la producción de petróleo en pozos existentes, ofreciendo a las empresas petroleras una oportunidad para garantizar mayor rentabilidad.
Además, al optimizar la recuperación, los sistemas logran minimizar el impacto ambiental y reducir el volumen de agua tratada. Estos no generan desechos o efluentes que puedan dañar el ecosistema o medio ambiente donde se ejecuten las operaciones de inyección de vapor.
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